Curiosidades que no sabías sobre los piojos

Estos indeseables bichos atacan sobre todo a nuestros hijos e hijas, en una proporción normalmente de 1 a 10, es decir, un 10% de los niños tendrán piojos o liendres cada año; y solo tienen una forma de alimentarse: la sangre del huésped.

Hoy te contamos algunas curiosidades sobre estos indeseables bichejos que seguro que desconocías:

Siempre decimos que los piojos están en las cabezas de los niños, pero lo que realmente les pierde son las nucas y la parte posterior de las orejas. De hecho suelen estar mayormente en la nuca, debido a que los pelos son aquí más largos, y anidan en la parte posterior de las orejas, larvas que nacen normalmente en un plazo de siete a once días. Por eso, estas son las zonas que más debemos vigilar y son las zonas en las que se centran las clínica especializadas en eliminar piojos en Málaga.

Los piojos pasan normalmente de los adultos, prefiriendo huéspedes desde los 3 hasta los 10 años de edad. El motivo es muy evidente. A partir de los 10 años crece mucho la cantidad de sebo en el cuero cabelludo, una sustancia que los piojos detestan. Además los piojos huyen de tintes, colonias fuertes, cremas capilares, etc. más utilizadas en adultos.

Existen 3 tipos principales de piojos. Los piojos de cabeza (los más normales), los piojos corporales (que suelen vivir en la ropa y en sábanas o toallas) y los piojos púbicos, de los que no hace falta aportar nada más, salvo que además de anidar en la zona que todos pensamos, también lo hacen en cejas, barba, bigotes, axilas, etc.

Conocer los patrones de migración de nuestra especie es más fácil con la colaboración de estos parásitos. Sin ir más lejos, los piojos han permitido a los científicos descubrir que los seres humanos empezamos a llevar ropa hace 170.000 años, bastante antes de dejar atrás África para emigrar a climas más fríos y latitudes más altas. Esta fecha sería imposible de determinar a partir de rastros arqueológicos, ya que es difícil que un tejido no se desintegre en un lapso de tiempo tan extenso.

A diferencia de las pulgas, los piojos no se desplazan de un lado a otro dando brincos. Tampoco saben volar. Ni siquiera se defienden nadando. Eso sí, caminan bastante rápido, a unos 30 centímetros por minuto sobre pelo seco.

Así las cosas, el único modo posible de contagio es que, mientras juegan unos niños con otros, sus pelos entren en contacto. O que compartan cepillos, peines, gorras y gomas del pelo. Además de juntar las cabezas al hacerse selfies con el móvil, una práctica que, según los dermatólogos, ha aumentado el contagio entre adolescentes en los últimos años.

Porque su objetivo no es la suciedad, sino la sangre. Es más, parece que prefieren el cabello limpio al sucio, y el liso al rizado. Los piojos localizan las venas del cuero cabelludo, las perforan y succionan la sangre, no sin verter antes un poco de saliva para impedir que se coagule. Como consecuencia, la víctima empieza a percibir un fuerte picor que nada tiene que ver con falta de higiene. Por lo tanto, lavarles la cabeza con insistencia a los críos no evita que se contagien.